1 nov 2013
LA ERUPCIÓN CONTENIDA DE LA SEÑORA JONES
Ese día Juan Andrés se dio cuenta
de la extraña belleza de los pies de la Señora Jones
Los 60 años de ésta, lejos de envejecerla
la conservaban como la estatua de Lucrecia Muerta
Ella sintió la mirada lasciva de su ahijado
que la recorría como si la viera por primera vez
La costumbre es como el perro con tanto tiempo en casa,
que pasan los años y siempre lo ves igual
Estaba sentada como tantas veces al garete,
con piernas tan largas como cuellos de jirafas
Sus vestes eran tan vaporosas que transparentaban
la lujuria de sus carnes y de su alma
La Señora Jones, sólo tuvo sexo
para procrear a tres hijas, mayores que Juan Andrés
Vivió su sexualidad de manera tan oculta y solitaria
pero tan intensa, que como los huracanes,era caliente y húmeda
Juan Andrés por el contrario era libérrimo
se había cogido desde su prima hasta su maestra Andreina
Como era renco y sagaz lo apodaban el coyote cojo
de la Acrópolis de Valle de Upar
Dotado con un falo tan grande que las mujeres del burdel,
Decían: prepárate 747, hoy te auxilian con la linterna de 8 baterías
De pronto aquellos oscuros y luminosos personajes
sintieron un deseo irrefrenable
Juan Andrés grito a todo pulmón: a tirar que el mundo se acaba ya
Mientras la Señora Jones recibía oleadas de placer por doquier
como si fuera la gran ninfómana de Sodoma y Gomorra
Juan David Porras Santana
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario