7 dic 2012

EL SEXO VIOLENTO UNE A LOS ESTUDIANTES DEL PAG.

Años a, que compuse una canción de rock ácido para uno de esos toques eventuales con el primer ADITUS, por supuesto de los 70, cuyo estribillo reiterativo decía:

Quiero sexo violento.
Quiero sentir el látigo
De tu lengua en mi aliento.

30 años después la premonitoria letra se hizo realidad, sentí el látigo de la lengua de unas compagñeras que me dejaron sin ALIENTO. No terminábamos de salir del trance hipnótico del taller de gerencia de si mismo, no sabíamos si por efecto del somnífero verbal o por el arrullo a nuestro inconsciente niño. Pero el hecho es que subitamente las niñas de mis compagñeras : Fini, Mercedes, Mitzuko y Trina -en orden alfabético para que no se me pongan celosas- volcaron toda su lujuria reprimida sobre mi inerme niño de 105 kilos que todavía no salía del estupor de cuanto daño le habían infringido sus desconsiderados Padres, cuando le regalaron su primera moto a los 11 años de edad, aquel primer viaje a Roma a los 6, cuando ni siquiera había hecho el backup de el disco duro de la memoria emocional ¡qué crueldad!.

Sin ningún tipo de contemplación las damas en cuestión me revelaron que Jan tenía razón: lo que nosotras necesitamos es ¡amor! Y que el oscuro objeto del deseo escogido por ellas había sido yo. Como podrán imaginar quedé en el sitio. Por qué yo? La respuesta al alimón fue unánime porque te pareces a mi papá, ah pensé complejo de ELECTRA, Jan tenía razón teníamos que confrontar nuestros miedos con las figuras del pasado ergo calendario mata galán. Resueltas me dispensaron una invitación a comer pasta a la Strega, inmediatamente capté el mensaje subliminal: vamos a estregarnos hasta hacernos una sola pasta. Calibré el reto y me dije a mis adentros yo también tenia que confrontar mis fantasmas, en mi caso complejo de Edipo: “quería mi mamaá”. Nos disponíamos a al gran aventura, cuando de repente se unió una quinta columna, la exótica y sensual quien maquiavélicamente como diría Alcibíades tenía las mismas intenciones de sus perversas amigas, simulando haber dejadas olvidadas las llaves de su carro adentro del mismo me pidió tímidamente que si la podía llevar para su casa en San Antonio, donde tenía un duplicado. Una vez más Jan tenía razón que vía tomaríamos para ir a su residencia: la PANAMERICANA, la famosa tournée OCP: Orquídea, Colonial y Panorama y quien nos esperaba allí, por supuesto la gemela (duplicado), con quien, como Jan con su mellizo compartía su misma memoria emocional. O sea los barrancos tropicales. Arrechísimas se pusieron las cuatro primeras ante la flagrante confiscación de su oscuro objeto del deseo- Jan diría: fíjate lo interesante de la inversión simbólica ahora tu con eras el que tenías un “oscuro” objeto del deseo-decidieron incluir en el grupo a… Pero había un inconveniente se plantearon las cinco ¿cómo hacemos para que el tipo vaya directamente al grano?, sin meternos mano ¿ le vistes el tamaño? Y el de los pies?. A lo cual finamente Trina ripostó: ese debe ser un zapato prestado, no se hagan ilusiones. De nuevo Maquiavelo. Esta vez con una discípula más torcida que la mente de Arias Cardenas, Muchachas vamos a quemarle las manos y punto. Sin el menor remordimiento trazaron el fogoso plan .Inesperadamente el carro de Trina se quedó sin batería y Mercedes que como se habrán dado cuenta esta muy bien “equipada”, sacó de la maleta de su súper gran bitara 2010 traída del norte por los caminos verdes de la Goajira, un juego de cables HELLO KITTY, último modelo con capacidad para un vatio, los cuales fueron conectados por la malintencionada Trina de manera invertida a la batería del carro de Mitzuko, por supuesto al otro extremo de los mencionados cables estaba yo conectándolos al vehículo de Trina, quedando convertido literalmente en chamusquina de berraco o sea en el “OSCURO OBJETO DEL DESEO”. Con las manos achicharradas quedaba resuelto el problema: va a ir al grano no nos puede meter mano. Cantaban a coro.

En una caravana de sicóticos y lujuriosos nos dirigimos al ansiado restaurant. Sorpresa, una vez en la mesa se establecieron las reglas del juego: Trina requería de dos botellas de Stolisnaya para agarrar aunque sea mínimo, aduciendo su origen celta y su inteligencia totalmente racional: Juan David acaso tú piensas con el pene como predica Jan. Le contesté, mi querida Trina he visto algunas vaginas que calculan con precisión infinitesimal. Mercedes más radical pidió “Absolut”con soda Perrier ( no existía), pero elle insistía que la había tomado en París y que era testigo Carolina Herrera, la nena Cupello, Argamenón Tetraetilo Montiel y Juan Fernández. Tú sabes Juan David de los Montiel de Siruma, primos de papá por el lado de Rafito Cedeño en los Rincón de la Cañada y los Villasmil del Saladillo. Mitzuko, Fini y no fueron problema una copita de vino blanco fue suficiente para que Fini nos relatara que su abuelo era un biólogo famoso en GALICIA, que entre sus descubrimientos estaba el hallazgo de la sordera de las ranas. Era tan experimentado el hombre, Juan David, que simplemente tomo a una rana y le cortó una pata y le gritó: salta y la rana saltó. Le cortó otra y le volvió a gritar: salta, dificultosamente pero el batracio saltó, le cortó la tercera pata y gritó: salta y la rana casi no se movía. Insistió: salta, salta y la pobre ranita medio brincó. Procedió a cortarle la cuarta y última pata y colérico le gritaba salta, salta, salta y el animalito no se movió. Resignado, tomando su estilográfica en su cuaderno de notas, escribió: del experimento anterior se infiere que las ranas son sordas.

Mitzuko algo retraída, fue inquirida por el resto del grupo: ya sabemos, te preocupa tu esposo (que paradoja, la única con cara de felicidad del grupo y es casada) a lo que respondió no hombre, hace 20 años que no se de él.

De cómo termino esta historia, como lo quería Jan: cada uno con su niño, más solos que un túnel, mirando las estrellas y preguntándonos que hago yo picando una torta en la casa de unos Gallegos que se “van”, mientras nosotros ni comenzamos.


Juan David Porras Santana

1 comentario:

  1. Maravilloso cuento juanda, me hizo reir! te quedaron cicatrices !

    ResponderEliminar