Para llegar a ti, sostuve a la Tierra
Antes leve, hoy pesa por tus penas
Extraño mundo ese el tuyo
Dónde sin relámpago retumba el trueno
Dónde los silencios no tienen métrica
Parecen olvidadizos cellista
de la partitura que desde ultratumba
se creen libres de las obligaciones de la orquesta
Sí, ya sé que nunca creíste en las masas
Aborreciste los tumultos del mercado Persa
La extenuante coordinación con el que piensa
Sólo quieres sentir
que entre tus piernas
repta con lengua
de fuego, el psicópata
que despierta tus adormecidos terciopelos
merecedor de los favores de tus raíces abyectas
de los ardores que concentras ese punto rojo
Me acoplé a tus milenarias costumbres
Demostradamente paranoicas, sin poder
Mientras te miraba de reojo, codiciando
lo que por ese camino jamás sería tuyo
Cuanto placer saberte excluida por insistir
Conociendo la verdad que te llevaría allí
Donde las otras mujeres ensanchan caderas
Y dejan que una velluda mariposa
crezca en su pubis
Relajan el recto para que anide
el pájaro que da miedo
Juan David Porras Santana
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