A Berta Azevedo López
El ocaso lentamente besaba el suelo de la sabana llanera
En el antepecho de una lánguida ventana,
una cabellera negra caía
sobre la espigada armazón de una esbelta mujer llanera
En esta tierra olvidada mis ojos se abandonaron en los de ella
para poder siempre ver a la belleza natural
que sólo emana de esta tierra
Se nos conoce en el mundo,
por tener más mises que ninguna otra nación
Lo que ignora la mayoría es que nuestras bellezas, no son sólo de pasarela
Pululan en todos los rincones de Venezuela,
con matices inusitados , reveladores de lo inesperado
de la más variada apología, porque antes que nada,
Venezuela es tierra de mestizaje ,
abierta al mundo de par en par , nos convertimos en la simbiosis
de lo negro , de lo blanco, de lo indio , de lo religioso , de lo esotérico
Una venezolana baila hasta con el cantar de los grillo y de las ranas coquí
Una venezolana te mira y sientes que si no la haces tuya, perdiste el Edén
Una venezolana no te hace el amor, te coge para que la prendas sin tregua
Una venezolana es la buenaventura de la Rosa Mística y de la madre abnegada
Yo he visto surgir rutilante de una calle atestada, de internet, de un morichal
a la mujer emancipada, inmediatamente la reconozco, esa es una venezolana
Vean a Berta Azevedo López, la intensidad que con su mirada nos traspasa el alma
Nos recuerda lo olvidado, vivifica la sangre, dispara la testosterona
Nos incorpora a la aventura que sólo en esta tierra de gracia,
es la arrolladora verdad de la mujer inquietante y abrazadora
Juan David Porras Santana
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